Aristóteles, en su poética, menciona seis principios que debe tener la tragedia. Uno de ellos es la unidad de la acción. Según este principio, una tragedia relata una historia que puede ser recordada como una unidad. Esto es, la historia debe tener un principio, un desarrollo y un final. La tragedia no busca contar todas las acciones de un personaje ni todas las acciones que suceden en un determinado tiempo, sino las acciones que conforman un acontecimiento específico.
Esta idea que Aristóteles vio en la tragedia, es aplicable en muchos géneros narrativos. La novela, el cuento y, posteriormente, el cine desarrollaron de un modo u otro este principio de unidad de la acción. Estos géneros desarrollaron la idea en lo que ahora conocemos como la estructura de los tres actos.
En la estructura de los tres actos organizamos la acción en tres diferentes partes: un principio, un medio y un fin. Consiguiendo así una unidad sólida que puede ser recordada como una historia única, individual.
El primer acto
El inicio es conocido como primer acto. En este sección se presentan los personajes y las relaciones entre estos. También se expone el ambiente general de la historia.
Además de exponer a los personajes y escenarios, el primer acto presenta la acción que da inicio a la historia. Tradicionalmente, las historias comienzan cuando algo inusual le sucede a un personaje. Un problema o situación que el personaje debe solucionar para establecer la normalidad de su vida. Este acto puede ser producido por el mismo personaje o por una fuerza exterior. Pero sin importar su origen, este acto debe ser inusual para el personaje y dar inicio a una reacción de eventos.
Diferentes autores organizan estos dos elementos del primer acto de diferente formas. Algunos escritores inician con el incidente antes de presentar a los personajes. Otros comienzan con la exposición y luego con la acción inicial. Hay bastantes formas de organizar estos dos elementos, pero antes de escribir la historia es mejor clarificar cuál va a ser el incidente y quiénes van a ser los personajes.
El segundo acto
El segundo acto es el desarrollo de la historia. Acá se presentan las acciones que el personaje toma para tratar de resolver el problema. Estas acciones iniciales del personaje conllevan a otros problemas mayores. Esto es debido a que el personaje aún no sabe cómo resolver el problema y sus acciones lo llevan a empeorar las cosas. Tradicionalmente, los problemas que el personaje debe enfrentar son cada vez mayores. Esto aumenta la tensión de la narración hasta que esta llega a su punto más elevado: el clímax. El clímax es así el punto de la historia con más tensión. Este punto va generalmente en el segundo acto.
Así, el segundo acto muestra: 1. las acciones del personaje para confrontar los problemas que afronta, 2. los nuevos problemas que el personaje causa o que caen sobre éste y 3. el clímax. En este acto también se incluyen las nuevas relaciones que el personaje desarrolla y que le sirven para aprender a afrontar los problemas. Como mencionamos, muchos de los intentos del personaje fallan por culpa de su inexperiencia en lidiar con la actual situación.
Para planear la historia, es importante saber cuál va a ser el clímax de la historia. Saber el clímax de la historia va a ayudar al escritor a determinar cuales son las acciones anteriores que conducen a ese clímax.
El tercer acto
El tercer acto es el final de la historia. Como final, los problemas que afronta el personaje son resueltos. Además, en este acto muchas veces se expone -como contrapartida a la exposición del primer acto- los cambios que el personaje ha experimentado. En otras palabras describe quienes son los personajes después de lo sucedido.
Cómo usar la estructura de los tres actos
La estructura de los tres actos divide la historia en tres partes para asegurar la unidad de esta. Con esta estructura podemos planear la historia antes de sentarnos a escribir. Lo que necesitamos es definir los elementos que necesitamos para desarrollar cada acto. Así, para el primer acto necesitamos determinar cuál es la acción inicial que da inicio a la historia y quiénes son los personajes. Para el segundo acto necesitamos determinar cuál es el clímax. Una vez sabemos cuál es el clímax, podemos pensar en las acciones o problemas anteriores que conducen al clímax y quiénes son los personajes que ayudan o enseñan al protagonista a enfrentar esos problemas. Finalmente, debemos saber cuál es el final de la historia. Para recordar:
- ¿Cuál es la acción inicial que da inicio a la historia?
- ¿Quiénes son los personajes?
- ¿Cuál es el clímax?
- ¿Cuál es el final?
Una vez hemos respondido estas preguntas, podemos comenzar a desarrollar el primer borrador de la novela. Esto nos asegurará que la novela se lea como una historia individual, como un uno.