Personaje

Una mejor forma de crear los personajes de una novela

Crear los personajes de una novela

Crear los personajes de una novela

—Cuénteme.

—Doctora, creo que tengo un problema de identidad —comenzó Edo con una voz que aún buscaba palabras en el techo blanco—. En la primera página de mi vida soy un gigante, pero en la página 100 soy un enano.

—Parece normal —lo miró la doctora Rodríguez, tratando de estudiarlo—. Todos tenemos días en que nuestra personalidad parece ser diferente.

—Pero lo que me pasa es muy diferente, doctora. No solo mis sentimientos cambian, también mi personalidad y hasta mi físico. En dos escenas similares me comporto como dos personas totalmente diferentes.

—¿Y cuál cree que pueda ser la causa de este problema?

—Creo que es culpa de mi creador —sentenció Edo.

La doctora Rodríguez bajó el cuaderno de notas donde hasta ahora había estado tomando apuntes. Dejó el estilógrafo LAMY sobre el cuaderno y, con la misma mano, se quitó las gafas. Las mantuvo en su mano izquierda mientras estudiaba a Edo en silencio. Él estaba, a su pesar, acostado en el sofá de cuero negro que estaba frente a la poltrona donde ella estaba sentada. Le hubiera gustado que él estuviera sentado: así podría ver sus ojos. Pero él se había recostado tan pronto ella le dijo que se acomodara como quisiera, que se recostara en el sofá si así se le hacía más fácil hablar. Pero en esos momentos le hubiera gustado verlo a los ojos y saber si él le estaba tomando el pelo o solo estaba usando esas metáforas literarias debido a su profesión. Edo era escritor. Eso era lo que había puesto en el formulario que le hicieron rellenar cuando pidió la consulta. Pero además de ese detalle, su nombre completo, dirección y edad, la doctora no sabía absolutamente nada de él. Pensó encararlo y preguntarle si se estaba burlando de ella, pero le pareció poco profesional y decidió seguir con la terapia y escuchar lo que él decía. Además estaba esa extraña sensación que sentía desde que él entró al consultorio.

—¿Culpa del creador? ¿De Dios?

—Puede ser. —Un pequeño silencio—. Yo no tenía una personalidad clara antes de que mi historia fuera contada. No me diseñaron bien.

—¿Cómo debiste haber sido diseñado? —dijo la doctora Rodríguez mientras anotaba dos palabras en el cuaderno—. Eres escritor, ¿verdad?¿Cómo diseñas a tus personajes?

Edo, como lo había hecho hasta ahora, miró el techo en busca de palabras. Vio algunas de estas dibujándose en las intrincadas formas que los diminutos puntos de pintura blanca formaban. Luego, repentinamente, se sentó. Los codos fueron a descansar en sus rodillas; su mentón fue a descansar en sus manos entrecruzadas. La mirada de Edo se posó en la atónita mirada de la doctora Rodríguez. El movimiento repentino de Edo la había sorprendido. Los ojos, que mostraban a su vez confusión y lucidez, la habían desorientado.

Lo básico

—Antes de escribir una novela creo un perfil de cada personaje principal —comenzó a relatar Edo mientras reforzaba sus palabras con dibujos que sus manos hacían en el aire—. Describo el físico del personaje, su información personal y sus gustos.

—¿Como una hoja de personaje en un juego de rol?

—Si, exacto —contestó Edo inseguro—. Pero la verdad, me parece un paso un poco aburrido.

—¿Y funciona?

—Más o menos —respondió Edo mientras dejaba que su espalda lo halara hasta el respaldar—. ¿Cómo lo haría usted doctora?

La doctora Rodríguez volvió a bajar el cuaderno de notas, volvió a dejar el estilógrafo sobre este y volvió a quitarse las gafas para examinar a su paciente. Esta vez sí encontró los ojos de Edo que la miraban fijamente, seriamente, atentamente esperando la respuesta. La doctora bajó la mirada con cierta timidez. No encontró a su derecha, en la réplica del cuadro de Miró, la respuesta que le hubiera gustado dar en esos momentos. No encontró a su izquierda, en el estante de libros de psicología, la respuesta que ella estaba buscando en esos momentos. Miró sus notas y, repitiendo que ese paciente era como cualquier otro, se puso las gafas de nuevo.

Las tres capas

Las capas

Las capas

—Yo creo que trataría de construir al personaje en tres capas —decidió responder—: una física, una mental y una emocional. Para crear un personaje verídico se deberían explorar esas tres capas.

—¿No las estoy cubriendo?

—Creo que solo está cubriendo la física y parte de la emocional —se detuvo un segundo para aclarar sus ideas—, pero me parece que falta un mejor desarrollo de la capa mental y emocional —otro silencio—. Es el conflicto entre lo que una persona piensa y lo que siente lo que hace interesante a un personaje.

Edo permaneció en silencio unos momentos. Sus ojos miraban el cuaderno que la doctora Rodríguez también miraba. Los dos veían cosas muy diferentes: ella veía las notas que hasta ahora había tomado, tratando de explicarse a sí misma la sensación de falta de control que aquel paciente la hacía sentir; Edo miraba en el borde del cuaderno de notas ideas que nacían en su mente y se convertían en preguntas que quería hacerle a la doctora.

—¿Cómo se forma la capa emocional?

—Difícil pregunta —contestó al mismo tiempo que escribía la lista en su cuaderno—. Quizá en parte nacemos con ella, en parte es la educación que recibimos, las ideas que tenemos. En pocas palabras, la capa emocional se va formando con las experiencias que vivimos.

—Pero la capa mental puede controlar la parte emocional.

—Si —aceptó la doctora Rodríguez—. Pero con mucho esfuerzo.

—Por eso es que la gente no cambia.

Ahora fue Edo quien miró a la doctora fijamente: estudiándola, analizándola. La doctora Rodríguez era una mujer hermosa: su rostro ovalado estaba enmarcado por un cabello lacio que no alcanzaba a llegar a sus hombros; su cuello largo se perdía en una blusa blanca que mostraba discretamente un cuerpo levemente delgado. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Edo: esa mujer era exacta a la que tantas veces aparecía en sus sueños. Por un momento pensó, incluso, que él podía cambiar su físico con tan solo pensarlo. ¿Ella no tenía acaso el cabello largo cuando entró en el consultorio?¿Fantasía?¿Súcubo?

—Quizá se explique mejor con un ejemplo —lo sacó la doctora de su perplejidad mientras se rascaba los cuernos que sentía iban a salir de su frente—: una persona educada bajo la religión católica puede pensar que el hombre es polígamo por naturaleza, pero al ser infiel se siente mal. Este sentimiento entra en conflicto con su forma de pensar, haciendo más difícil la toma de decisiones y la aceptación del resultado de esas decisiones. Pero después de que la infidelidad se repite una segunda, tercera vez, el sentimiento de culpa va desapareciendo. La capa mental y las experiencias van cambiando, poco a poco, la capa emocional.

—¿Es su caso doctora?—trató de bromear Edo.

—Es el caso de muchos —sostuvo su mirada—. Además estoy completamente soltera.

En el corto silencio que siguió, la doctora Rodríguez aceptó que Edo no era un paciente como cualquiera. ¿Pero qué lo hacía diferente?¿Qué hacía que ella se sintiera confundida? A pesar de que sentía la necesidad de seducirlo, la doctora desechó rápidamente una atracción física. Era diferente. ¿Qué era? No pudo, sin embargo, evitar escribir en sus notas: ¿es o no?

El mejor método de crear a los personajes

Personaje

Personaje

—Pero entonces, ¿cómo se puede diseñar a un personaje? —Edo rompió el silencio.

—Quizá de la misma forma como uno conoce a las personas con las que se relaciona. ¿Cómo lo haces tú?

—Indudablemente lo primero es el físico —respondió inmediatamente Edo. La continuación de su respuesta no fue tan inmediata—. Luego uno conoce la capa mental tras las conversaciones que uno tiene con la otra persona. Finalmente se conoce la capa emocional al ver las acciones de esta.

—Exacto. De pronto la mejor forma de crear a un personaje es seguir ese orden: primero describirlo físicamente y luego contar la historia de la novela desde la perspectiva del personaje. Así se puede mostrar lo que piensa el personaje y como realmente actúa frente a un suceso.

A Edo le gustó la respuesta. En vez de perder el tiempo creando perfiles aburridos, podía contar el argumento de la novela desde un punto de vista diferente. Era una forma más creativa de crear a los personajes y además le ayudaba a explorar la historia misma. Edo sonrió; Edo le regaló una sonrisa a la doctora que la hizo bajar la mirada por segunda vez. Ella, con la mirada fija en las notas, habló más para el cuaderno que para él.

—Entonces, volviendo a tí, ¿cómo te diseñó tu creador?

—Creo que hasta ahora lo está haciendo —la sonrisa en su rostro se deshizo—. Y a ti también doctora —concluyó—. Y a ti también

 

Diálogo

Esta es la forma correcta de escribir los diálogos

Diálogo

Diálogo

No pudo contener la rabia al entrar en la habitación. Ella estaba sentada frente al portátil, su portátil, leyendo, quizá leyendo su novela. Tres pasos rápidos lo llevaron hasta el pequeño escritorio donde escribía todas las mañanas y con un gesto brusco giró el portátil para ver lo que ella estaba leyendo. Sí, estaba en lo correcto, Lina estaba leyendo la novela en la cual había estado trabajando por los últimos cinco meses.

—¿Quién te dijo que podías leer eso?.

Lina lo miró entre sorprendida y asustada.

—El computador estaba abierto —dijo con una voz aún quebrada.

—¡No me gusta que nadie lea mis escritos! —exclamó de nuevo—. Menos aún cuando están sin terminar.

Ella no respondió. Vio los ojos encendidos que al principio la habían asustado y, con calma, se levantó de la silla, le dio la espalda y caminó hasta la puerta. En la puerta se detuvo y, sin girar a mirarlo, le dijo tranquilamente:

—Pues deberías hacerlo. Todos los diálogos están mal.

La puerta se cerró. A Edo aún le desconcertaba la forma como Lina podía mantener el control. A veces lo enfurecía; a veces lo hacía sentir culpable. Pensó en seguirla y pedirle disculpas, pero le preocupaba más lo que había dicho y, por ello, se sentó en la silla que ella había estado ocupando hasta hace pocos instantes. Miró el documento que aún estaba abierto en su portátil y estudió con calma los diálogos. ¿Qué quería decir ella con que los diálogos estaban mal? Se leían bien, pensó Edo. Él era bastante autocrítico y había revisado esos diálogos tres veces. ¿O cuatro? Edo levantó el rostro y fijó la mirada en la pequeña librería que lo enfrentaba. Pasó por la tapa de algunas de las novelas que yacían en los estantes. Podría levantarse y revisarlas. Pero eso ya lo había hecho. Era mejor levantarse e ir hasta el cuarto a pedirle disculpas a Lina. Lo pensó un poco: algo en su mente le decía que no fuera, que no le pidiera disculpas. Pero tarde o temprano lo haría. Siempre lo hacía. Edo cerró el computador y cogiéndolo en su mano izquierda se levantó.

Encontró a Lina en la cocina: estaba preparando café y tostadas. Edo pidió disculpas apenas entró a la habitación y se sentó en la pequeña mesa cuadrada donde yacía un libro abierto, con la portada hacia arriba y las páginas, más bien amarillentas, sobre un mantel individual que habían puesto hace muy poco. Lina no giró cuando dijo que no importaba, pero Edo sabía que importaba y pidió disculpas de nuevo. Dejó el computador, abierto, en diagonal al libro y se levantó para acercarse a Lina.

—En verdad lo siento —dijo—. Sabes que no me gusta que la gente lea mis borradores.

—Si, lo sé. —Sirvió el café y agarrando el pocillo y el plato caminó hasta la mesa—. Pero ahora quieres que te diga por qué están mal los diálogos.

Edo la siguió y se sentó una vez ella se había acomodado.

—Los he revisado bastante y me parece que suenan bien.

—Si. Los diálogos en sí suenan bien. Pero el formato es totalmente erróneo.

—¿Cómo así?

Se usa la raya, no el guion

Lina mordió la tostada y tomó un sorbo de café antes de responder.

—Primero: estás usando listas en vez de la raya.

Edo miró la pantalla y revisó el primer diálogo que vio.

—Cada vez que escribo un guion, el procesador de texto lo convierte en una lista. Así que me pareció fácil escribirlo así.

—Tal vez se vea más fácil pero al imprimirlo en diferentes formatos se va a ver mal —respondió Lina—. Primero que todo, no debes usar el guion, debes usar la raya. La raya es más larga que el guion. Segundo, no debes dejar un espacio entre la raya y la primera letra del diálogo. Así, el procesador no va a crear listas.

Edo intentó. Oprimió una tecla para abrir una nueva línea y comenzó a buscar la raya en el computador.

—¿Dónde está la raya?

—La verdad no sé. Lo que yo hago es escribir dos guiones y al finalizar un texto los reemplazó todos. La raya la busco en el mapa de caracteres.

—Listo —repuso Edo al corregir el primer diálogo—. ¿Eso era todo?

—Desafortunadamente no. —Lina lo miró y volvió a morder la tostada.

—¿Qué más?

Diálogos

Diálogos

Lina parecía no tener afán. Tomo café y miró a Edo, quien la miraba fijamente esperando una respuesta. La taza de café bajó y Lina miró el cielo raso tratando de encontrar las palabras para explicar lo que tenía que decir.

—¿Cómo explicarlo? —repuso—. Si después del diálogo, el comentario del narrador tiene un verbo de habla, este comentario inicia con minúscula. De otra forma, se puede iniciar con mayúscula.

—Entiendo. —Edo oprimió teclas rápidamente y, al terminar, giró la pantalla para que Lina pudiera verla—. ¿Así?

—Sí, exacto —contestó Lina—. No creo que deba añadir que las rayas abren y cierran los comentarios del narrador, ¿cierto?. Por supuesto, si después del comentario el personaje no continúa, no hay necesidad de cerrarlo con una raya.

Como respuesta, Edo la miró con ojos confundidos que trataban de asimilar lo que ella había acabado de decir.

—Quizá es más fácil entenderlo si lo leemos directamente del diccionario de dudas.

Diccionario de dudas

Lina se levantó y salió de la habitación. Sus pasos se escucharon en el cuarto contiguo y, por el sonido de libros moviéndose que llegaba hasta la cocina, Edo pudo imaginarla buscando el diccionario. La imaginó también abriendo la puerta. No tuvo que imaginarla ya mientras se acercaba a él. Lina se sentó frente a su café y, después de un sorbo, abrió el libro donde su dedo índice estaba atrapado por cientos de páginas. Comenzó:

—”Se escriben dos rayas, una de apertura y otra de cierre, cuando las palabras del narrador interrumpen la intervención del personaje y esta continúa inmediatamente después…

“Cuando el comentario o aclaración del narrador va introducido por un verbo de habla (decir, añadir, asegurar, preguntar, exclamar, reponer, etc.), su intervención se inicia en minúscula, aunque venga precedida de un signo de puntuación que tenga valor de punto, como el signo de cierre de interrogación o de exclamación… Si la intervención del personaje continúa tras las palabras del narrador, el signo de puntuación que corresponda al enunciado interrumpido se debe colocar tras la raya que cierra el inciso del narrador.

“Cuando el comentario del narrador no se introduce con un verbo de habla, las palabras del personaje deben cerrarse con punto y el inciso del narrador debe iniciarse con mayúscula… Si tras el comentario del narrador continúa el parlamento del personaje, el punto que marca el fin del inciso narrativo se escribe tras la raya de cierre…

“Si el signo de puntuación que hay que poner tras el inciso del narrador son los dos puntos, estos se escriben también tras la raya de cierre:” (Diccionario panhispánico de dudas)

Los dos se quedaron mirando el libro abierto sobre la mesa. En silencio, por cinco segundos, miraron la página que Lina había estado leyendo hasta esos momentos. Lina finalmente cerró el libro, a pesar de que Edo tenía fija la mirada sobre este, lo tomó en su mano izquierda y se levantó. Con su mano libre tomó un sorbo de café y dejó de nuevo el pocillo sobre la mesa.

—Lávalo —ordenó—, corrige los diálogos y cuando acabes hablamos de otros errores que tienes por ahí.

Edo levantó la mirada y, sin decir nada, vio como ella salía de la habitación.

Escultor

Cómo editar el primer borrador de una novela

Escultor

Escultor

Si hemos seguido los pasos para planear la novela y los consejos para escribir el primer borrador, debemos tener, en estos momentos, un borrador bastante sólido. La novela debe estar bien estructurada y las escenas que la conforman deben estar ya escritas. Sin embargo, el primer borrador está, en estos momentos, lleno de errores de ortografía, puntuación y gramática. Asimismo, algunos de los pasajes no se leen tan bien como quisiéramos. Para corregir todos estos errores y para mejorar esos pasajes, vamos a invertir una gran cantidad de tiempo en editar el primer borrador.

En la edición tenemos muchas tareas por realizar, así que es mejor pensar en la edición como un proceso en tres etapas:

  1. Edición
  2. Reescritura
  3. Revisión

En este artículo vamos a hablar de cada etapa y de cómo cada etapa ayuda a pulir el texto que escribimos en el primer borrador. Pero antes de comenzar con la primera etapa, quiero recalcar que es aconsejable dejar un tiempo prudencial entre la escritura del primer borrador y la edición. Dos semanas o un mes, me parece, es tiempo suficiente para alejarse lo suficiente del texto y leer la novela como un editor. En esos dos meses, escribamos cuentos y poemas.

La edición: una primera lectura

La primera edición del borrador es quizá el paso más extenso y extenuante en la escritura de una novela. En esta primer edición vamos a leer oración por oración, en voz alta si podemos, y vamos a realizar tres tareas:

  1. corregir los errores básicos,
  2. anotar los pasajes que necesitan ser reescritos,
  3. mejorar las oraciones que necesitan trabajo y
  4. revisar los detalles.

La primera tarea es corregir los errores básicos de ortografía, gramática y puntuación. Uno de los consejos que se dieron en el artículo sobre la escritura del borrador fue el de no detenerse a corregir o editar mientras se escribía. Esto ayuda a facilitar la creación de las escenas y evita el bloqueo mental. Pero, desafortunadamente, produce un texto con errores de tipografía. Estos errores son los que vamos a corregir en esta primera lectura: tildes, letras repetidas o ausentes, comas, puntos  y todos aquellos errores de ortografía y puntuación.

Errores

Errores

Es menos frecuente cometer errores de gramática. Pero estos errores también vamos a corregirlos en esta etapa. La corrección de la gramática nos va a ayudar a mejorar la calidad de cada oración.

Lo segundo que vamos a hacer durante esta etapa es anotar los pasajes que necesitan ser reescritos. A pesar del plan y de nuestro sistema de escritura, algunos pasajes no van a sonar tan bien como deberían. Quizá suenan aburridos o simplemente les falta trabajo. Si un pasaje suena aburrido para el escritor, va a sonar aburrido para el lector. Así, en esta etapa, vamos a anotar esos pasajes, pero no vamos a reescribirlos aún. No vamos a reescribirlos porque esto rompería nuestra estrategia de realizar una tarea solamente. En esta etapa estamos mejorando el texto al nivel de la oración. Si nos ponemos a escribir de nuevo, vamos a romper el flujo de edición que llevamos. Repito: cuando escribimos, solo escribimos; cuando editamos, solo editamos.

En las anotaciones que vamos a crear para la reescritura, escribimos el lugar que ocupa el pasaje en la novela y los sucesos del pasaje. No necesitamos más información porque vamos a reescribir el pasaje desde cero. No vamos a reutilizar lo que ya escribimos. En cambio, vamos a escribir una versión totalmente nueva.

No vamos a reescribir los pasajes en estos momentos, pero si vamos a mejorar las oraciones que necesitan trabajo. En esta primera edición de nuestro borrador, vamos a concentrarnos en las oraciones. Por ello, no vamos a reescribimos los pasajes extensos, pero sí vamos a corregimos las oraciones para que suenen mejor. Hay una relación entre esta tercera tarea y la primera: muchas veces el mejorar la gramática y la puntuación de una oración, mejora la calidad de la oración en sí.

Finalmente, en esta primera lectura del borrador, tenemos que corregir las inconsistencias que se pudieron escapar durante la escritura. Por ejemplo, al principio de la novela tenemos una cafetería con dos mesas; pero más adelante, al regresar a esa misma cafetería, la describimos con cuatro mesas. Aunque es posible que la cafetería haya sido renovada, la verdad es que esos detalles generalmente muestran descuido del autor y hacen perder la verosimilitud. Estos detalles vamos a anotarlos y a corregirlos mientras editamos la novela.

Otro tipo de inconsistencia se presenta entre lo escrito en la novela y la realidad. Por eso es también necesario, en esta etapa, verificar los nombres de lugares, personajes y el significado de palabras en general de las cuales no estemos seguros. Durante la escritura, aconsejé marcar las palabras que no recordamos con signos de interrogación y XXX, en estos momentos es cuando debemos verificar y corregir aquellas palabras que marcamos durante la escritura.

Segunda edición

Cómo escribir novelas

Máquina de escribir

Después de terminar la revisión de oraciones, tenemos una lista de pasajes que necesitamos reescribir. Estos pasajes es mejor reescribirlos desde cero. No creo aconsejable tratar de editarlos hasta que suenen mejor. Es mejor crear una versión nueva de esos pasajes. La reescritura es más fácil, rápida y más divertida. La edición repetida de esos pasajes siempre lleva a crear pasajes débiles, poco sólidos y que generalmente no suenan como una unidad. Así, en esta segunda etapa vamos a reescribir todos los pasajes que necesitan ser reescritos.

Una vez reescribimos un pasaje, lo editamos oración por oración antes de incorporarlo de nuevo a la novela. Podemos escribir todos los pasajes que necesitan ser reescritos y luego editarlos. O podemos escribir un pasaje y editarlo tan pronto como terminemos y antes de continuar con el siguiente. No creo que un método sea más eficaz que otro. Lo que sí debemos tener que evitar es el editar cuando estamos escribiendo. Lo repite una vez más: cuando escribimos, escribimos; cuando editamos, editamos.

Una vez hemos reescrito, editado e incorporado esos pasajes en la novela, vamos a pasar al último paso: la revisión

Tercera edición

En estos momentos debemos tener un texto sólido, consistente e interesante. Así que en esta última lectura vamos a leer el texto con ojos críticos. Corregimos lo que haya que corregir y, si aún hay pasajes débiles, los anotamos para reescribirlos.

Ciclo

Ciclo

En cierto modo, esta última etapa es un regreso a la primera etapa de la edición; pero en estos momentos tenemos muchos menos errores que corregir. Asimismo, debe haber menos pasajes para reescribir. Este proceso puede convertirse  en un ciclo sin fin: edición, reescritura, revisión. Podemos repetir este ciclo tantas veces como sea posible. Pero, personalmente creo que después de una o dos pasadas, el texto está listo para ser publicado. La auto-crítica es importante en cualquier artista, pero la imposibilidad de dejar de trabajar en una obra es un impedimento que va a evitar el progreso del autor. En vez de trabajar en una obra hasta una supuesta perfección, es mejor acabar con una obra y empezar un nuevo proyecto. Para ayudar a esta tentación de mejorar un texto infinitas veces, es aconsejable poner un límite: dos ciclos de ediciones o una fecha determinada. Una vez lleguemos a este límite, debemos seguir con el siguiente paso: la publicación.

Palabras finales

La etapa que más toma tiempo en la escritura de una novela es la edición. En esta etapa tomamos el borrador y lo pulimos hasta crear una gran obra. Para ayudar en esta tarea hemos dividido la edición en tres etapas: edición, reescritura y revisión. Este ciclo puede ser aplicado tantas veces como queramos pero, para evitar la tentación de editar el texto infinitas veces, es aconsejable limitar las ediciones a dos. Una vez hemos terminados estas dos ediciones, y gracias a la estrategia de planificación y escritura del primer borrador, debemos tener un texto bastante sólido y listo para publicar. Esa etapa, la publicación, ocupará algunos de los siguientes artículos de este sitio.

Escribir el primer borrador

Cómo escribir el primer borrador de una novela

Escribir el primer borrador

Escribir el primer borrador

Después de tener preparada la lista de escenas debemos comenzar a escribir el primer borrador. Esta tarea debe ser divertida y fácil si hemos planeado la novela. En estos momentos ya debemos tener la estructura de la novela, incluyendo la trama principal, las escenas retrospectivas y el conocimiento profundo de los personajes. Así que en esta etapa debemos sentarnos y escribir las escenas.

Sesiones de escritura

Para escribir el primer borrador es ideal usar sesiones de escritura. Cada sesión va a estar limitada por una duración máxima y va a tener un objetivo específico. Estos dos elementos los queremos en nuestras sesiones para no procrastinar y para evitar los bloqueos mentales. Al tener una duración límite nuestra mente va a concentrarse en la tarea que tenemos que cumplir en vez de inventar excusas que la pospongan. Asimismo, el tener un objetivo específico nos va a dar un punto de partida que evita el bloqueo mental que puede ocurrir al enfrentarnos a un papel en blanco.

La mejor forma de organizar la sesiones de escritura es usando la técnica de Pomodoro. En esta técnica utilizamos un temporizador de cocina para calcular el tiempo de trabajo y el tiempo de descanso. El tiempo de escritura es de 25 minutos. Mientras que el tiempo de descanso es de 5 minutos, para los descansos cortos, y 10 minutos para los descansos largos.

Hay varias aplicaciones en línea que proporcionan temporizadores para aplicar la técnica de Pomodoro. Yo utilizo Tomato Timer Es una aplicación sencilla que proporciona los tiempos predeterminados de escritura y de descanso. Asimismo proporciona botones para detener, resumir y parar el temporizador en caso de que lo necesitemos.

Escribiendo y no editando

El segundo elemento que necesitamos en nuestras sesiones de trabajo es un objetivo claro. Afortunadamente, ya tenemos esos objetivos claros en nuestra lista de escenas. En cada sesión de trabajo vamos a escribir una escena o, al menos, parte de esta. Aunque depende de la velocidad de escritura de cada persona, personalmente creo que en 25 minutos no se puede escribir más de una escena. El objetivo es entonces escribir un escena por sesión. Muchas veces vamos a necesitar más de una sesión para escribir una escena. O dicho de otro modo, muchas veces vamos a necesitar más de 25 minutos para escribir una escena. Si es así, podemos alargar la sesión hasta terminar la escena o una parte lógica de esta. No nos vamos a limitar a escribir solo 25 minutos. Este es el tiempo mínimo que nos empuja a sentarnos a escribir. Pero no tenemos porque detenernos hasta que sintamos que hemos terminado lo que queríamos hacer.

El ser humano es más productivo cuando toda su atención está enfocada en una solo tarea y una vez hemos obtenido este estado, no debemos abandonarlo hasta que sintamos que hemos terminado. Este estado de concentración, de total enfoque en una tarea, se conoce como flujo. Una vez entremos en este estado debemos permanecer en él hasta que terminemos nuestra tarea. Por esto es importante que desarrollemos solo una actividad al tiempo. Así, cuando estamos escribiendo vamos solo a escribir. ¡No vamos a corregir o editar! Solo vamos a escribir. Mientras escribimos el primer borrador vamos a ignorar los errores de ortografía, gramática y estilo. Todo lo vamos a corregir en la siguiente etapa. Pero en la escritura del primer borrador queremos ante todo crear las escenas y resúmenes que van a conformar la novela.

Al escribir solo escribir

Escenas y resúmenes

Las novelas están prácticamente formadas por escenas y resúmenes. Las escenas son el conjunto de sucesos que pasan en un lugar y en un tiempo determinado. Generalmente en una escena participan los mismos personajes, aunque estos pueden entrar y salir de la escena.

Los resúmenes, en cambio, son sucesos o secuencias de sucesos que pasan en un periodo de tiempo prolongado. Los resúmenes pueden suceder en un mismo lugar o en diferentes escenarios. Pero todos los resúmenes describen sucesos que se extienden en el tiempo.

Como las escenas nos muestran acciones específicas, delimitadas en el tiempo y el espacio, estas dan más vitalidad a la novela. Por ello, es mejor reducir el uso de resúmenes a un mínimo necesario y usar escenas al máximo.

Cómo escribir una escena

Ahora, ¿cómo escribimos una escena? No hay una receta específica o un modo único para escribir escenas. Pero si sabemos exactamente cuál es el suceso que queremos contar en la escena, la tarea de construcción de la escena va a ser más fácil.

Estructuras

Estructuras

Para escribir una escena necesitamos, además del suceso a contar, tres elementos importantes:

  1. el escenario (¿dónde sucede la escena?),
  2. los personajes,
  3. el tiempo (¿cuándo sucede la escena?)

Con estos cuatro elementos podemos comenzar a escribir las acciones específicas que van formando la escena. Una forma sencilla y cliché de crear una escena es comenzando con la descripción del escenario. Narramos primero dónde va a suceder la historia, qué objetos importantes toman parte en ella, etc. Luego introducimos los personajes ubicándolos en este espacio que hemos descrito. Una vez hemos introducido los personajes en nuestra narración comenzamos a contar la interacción de los personajes entre ellos y con los objetos a su alrededor. Si el tiempo de la acción no es claro por el contexto y la organización de la novela, quizá debemos aclarar cuándo los eventos de la escena están pasando en relación con la historia que estamos contando en la novela.

Esta es una forma sencilla de organizar una escena. Por supuesto no es la única forma de crear una escena. Pero es un buen ejercicio poner esta estrategia en práctica. Tener esta clase de estructuras nos permite comenzar a escribir rápidamente sin perder mucho tiempo pensando por dónde comenzar. Así que es aconsejable practicar este tipo de construcciones.

Escribiendo descripciones

Las descripciones proporcionan el ambiente de la obra. Muestran al lector las características físicas y emotivas del escenario. Una buena descripción ayuda a incrementar la verosimilitud de la historia. Pero por este motivo es difícil crear un escenario totalmente de la imaginación y mantener la verosimilitud de la escena. Una buena herramienta para los escritores que comienzan a escribir novelas es basar los escenarios en lugares reales conocidos por el escritor. Esto permite una descripción detallada del escenario y una fácil familiarización de la ubicación de los objetos y de los personajes.

Escenarios conocidos

Escenarios conocidos

Uno de los riesgos que se tiene al crear escenarios es describirlos sin tener en cuenta a los personajes y a las acciones que van a suceder allí. Si se crea un escenario de esta forma, es más difícil tener confianza sobre la ubicación de los personajes y de los escenarios. Quizá no es mala idea crear un pequeño mapa del lugar en que van a suceder las acciones para así poder ubicar fácilmente a los personajes y a los objetos que estos van a usar.

La ubicación de los personajes en el escenario es importante porque a la final las descripciones son una herramienta más para avanzar la acción. Aunque las descripciones pueden, y deben, tener un valor estético, su función principal es enriquecer las acciones que van a suceder en la escena. Las descripciones nos muestran dónde suceden esas acciones, la relación entre el personaje y el escenario y el ambiente positivo o negativo que el lugar tiene en sí.

Como mencionamos anteriormente, las descripciones pueden servir para introducir una escena. Podemos comenzar la escena describiendo el lugar donde van a suceder las acciones. Luego podemos introducir los personajes y las acciones mismas. Por supuesto que el inicio de la escena no es el único lugar donde los escenarios pueden ser descritos. La descripción puede estar ubicada en cualquier lugar: al comienzo, en el medio, o dividida en varias partes. Incluso se puede crear una escena sin la descripción del escenario. Ubicar el escenario al principio de la escena puede considerarse un ejercicio de escritura y una fórmula básica para tener un punto de partida.

Y así como describimos a los escenarios, también debemos describir a los personajes. Siguiendo con fórmulas básicas que nos ayuden a desarrollar nuestra caja de herramientas de escritores, podemos describir a los personajes en la primera escena donde estos aparecen. Es obvio que no se necesita describir a los personajes en todas las escenas. La primera vez que ellos aparecen es el lugar más frecuente donde las descripciones aparecen. Pero, de nuevo, esto no es una regla. Podemos mostrarle al lector aspectos físicos e intelectuales del personaje a lo largo de la obra. También podemos evitar cualquier tipo de descripción de un personaje si esto ayuda a contar la historia. Pero como en todas las artes, es bueno ejercitar los principios básicos para luego tener la habilidad de modificarlos como queramos.

Antes de continuar hablando sobre los diálogos, enfaticemos que las descripciones, tanto de escenarios como de personajes, deben:

  1. ayudar a avanzar la historia
  2. tener un valor estético de por sí.

Así, si vemos que una descripción no está cumpliendo con estas funciones, debemos quitarla. Esta es una de las tareas de la edición y de ella vamos a hablar en otro artículo.

Escribiendo diálogos

Además de las acciones y las descripciones, tenemos un tercer elemento que podemos usar para construir las escenas: los diálogos. Estos son una de las principales herramientas para mostrar la interacción entre los personajes y la personalidad de cada uno de ellos. La forma como cada persona habla muestra en gran medida la personalidad del hablante y la relación que tiene con la persona que escucha. Podemos usar estas características de la comunicación verbal para desarrollar a nuestros personajes.

Diálogos

Diálogos (de Pixabay)

Ahora, los diálogos que se utilizan en una novela difieren bastante de las conversaciones que mantenemos día a día. La mayoría de conversaciones que tenemos diariamente están llenas de estructuras preestablecidas y cortes que escritos en el papel pueden sonar excesivamente aburridos. Por eso es importante aprender las funciones que los diálogos deben cumplir en un relato. Estas funciones se asemejan a las mencionadas anteriormente cuando hablamos de las descripciones:

  1. los diálogos deben mover la historia,
  2. los diálogos deben mostrar la personalidad del personaje,
  3. los diálogos deben tener un valor estético

Los diálogos deben tener al menos una de estas funciones. Si no cumplen con una de estas funciones, es quizá mejor quitarlos de la escena. Recordemos, sin embargo, que al escribir el borrador solo vamos a concentrarnos en escribir. No vamos a borrar o editar los diálogos en esta etapa. Esto lo vamos a dejar para la siguiente etapa: la edición y revisión del borrador. Pero es importante tener en mente las funciones de los diálogos al escribir el primer borrador.

Una de las mejores formas para aprender a escribir diálogos es leyendo guiones de cine o teatro. El cine y el teatro se enfocan más en el diálogo porque estos dos medios son también sonoros. En el teatro, particularmente, los diálogos necesitan cumplir la función de avanzar la historia y mostrar las escenas retrospectivas. Al no tener las mismas posibilidades que tiene el cine o la novela, los escritores de teatro deben utilizar los diálogos al máximo. Leer analíticamente guiones de teatro y cine nos puede mostrar cómo utilizar los diálogos para cumplir con las tres funciones anteriormente descritas. Y como siempre, es mejor ser selectivo en lo que leemos.

Resúmenes: su función

Una de los usos que puede tener el diálogo para avanzar la historia es la utilización de resúmenes. En el diálogo podemos incluir escenas retrospectivas del personaje o resúmenes de las acciones que suceden por fuera de las escenas que estamos escribiendo. Como mencionamos anteriormente, las novelas están compuestas de escenas y resúmenes. Las acciones principales: el acontecimiento inicial, el clímax, las acciones ascendentes, etc. son descritas minuciosamente en escenas. Pero hay sucesos en la historia que necesitan ser introducidos en resúmenes. Los acontecimientos rutinarios que tienen importancia en la obra son los sucesos que más comúnmente aparecen en los resúmenes.

Resumen

Resumen

Los resúmenes en general, muestran acontecimientos que suceden en un periodo prolongado de tiempo. Ya sean estos acciones que se repiten más de una vez o acciones que en sí ocurren en varios lugares y en un periodo prolongado de tiempo. Un buen ejemplo de este tipo de resúmenes es la narración de un viaje. Al contar sobre un viaje tratamos de cubrir los aspectos más impactantes del viaje, los lugares que más marcaron huella o las cosas que se vieron durante el viaje. Una vez establecidos los puntos más importantes del viaje, podemos entrar en detalles específicos, quizá utilizando escenas y descripciones.

Quizá por esta semejanza de los resúmenes con la forma como nos comunicamos verbalmente, esta herramienta es muchas veces usada en los diálogos de los personajes. Asimismo, es interesante notar como las novelas del siglo XIX hacen un uso más intenso de los resúmenes que las novelas escritas actualmente. Esto se debe en parte a la gran influencia del cine, donde las historias son contadas casi exclusivamente con escenas. La popularidad del cine nos enseñó a entender las historias a partir de escenas. Los lectores, debido al cine, encuentran ya fácil rellenar los espacios entre escenas que no aparecen en la novela. Los escritores podemos entonces utilizar más escenas y menos resúmenes para dar más velocidad y vitalidad a la narración.

Partes, capítulos y escenas

Para terminar este artículo, quiero hablar un poco sobre las divisiones que tienen las novelas. Personalmente creo que al escribir el primer borrador de la novela uno se debe concentrar en la escritura de las escenas (y los resúmenes) y dejar la división de capítulos y partes como una herramienta de edición. La división de capítulos se nos hace generalmente clara una vez el contenido del primer borrador está listo. Después de una primera lectura del borrador podremos ver cómo separamos la narración en capítulos y, de ser necesario, en partes.

Los capítulos generalmente nos presentan unidades lógicas de diferenciación entre diferentes partes de la narración. La diferencia puede estar en la acción misma, en la voz del narrador o en los personajes que toman parte en las acciones. No importa donde la diferencia esté, el primer borrador mismo nos dirá donde debemos separar la narración en capítulos. Por ello, repito, es mejor concentrarse en la escritura de las escenas durante la elaboración del primer borrador.

Cómo planear una novela

Cómo planear una novela: un método efectivo

Cómo planear una novela

Cómo planear una novela

La preparación es el primer paso para escribir una novela. Después de la preparación comenzamos con la escritura del borrador. Finalmente, una vez tenemos escrito el borrador, pasamos a la última etapa: la edición del manuscrito.

La preparación es un paso que muchas personas ignoran cuando deciden escribir una novela. Muchos escritores comienzan a escribir el borrador una vez tienen la idea de la novela. Pero esto generalmente lleva a un borrador sin demasiado orden que tiene que ser editado una y otra vez. Para mejorar la calidad del primer borrador y reducir el tiempo de edición, debemos planear la novela. Al planear la novela nos aseguramos de conocer la historia que vamos a contar, los personajes que participan en ella y la forma como vamos a contarla.

Los pasos para planear una novela son los siguientes:

  1. Definir el tema
  2. Definir los elementos principales de la estructura
  3. Escribir la trama principal
  4. Escribir los perfiles de los personajes principales
  5. Definir el narrador
  6. Escribir el argumento
  7. Crear la lista de escenas

El resultado final de estos pasos es la lista de escenas que necesitamos escribir en el primer borrador. Esta lista de escena ya incluye la organización de la historia principal, las historias paralelas y las escenas retrospectivas que nos permiten construir personajes sólidos. Con esta lista, y con el conocimiento profundo de la historia y de los personajes que hemos obtenido al desarrollar los pasos anteriores, tenemos las herramientas necesarias para escribir un primer borrador sólido. Asimismo, al haber desarrollado la historia desde diferentes puntos de vista, podremos escribir el borrador sin detenernos a tomar decisiones acerca de la trama o el argumento.

Veamos entonces cada uno de los pasos con más detalle.

El tema

Quizá toda novela comienza con una idea. La definición de esa idea y los límites que le ponemos a ella es el tema. En otras palabras, el tema es la idea de una novela explicada en una o dos oraciones.

El tema es la idea principal de la novela. Podemos decir que no es ni siquiera uno de los paso a tomar cuando planeamos una la novela. El tema es el inicio natural de cualquier obra narrativa. Incluso los escritores que se lanzan a escribir una novela sin prepararla van a comenzar con una idea inicial.

Lo que sí debemos hacer, sin embargo, es escribir el tema en una o dos oraciones. Esto nos permite delimitar el alcance de la idea. Si no podemos escribir el tema en un par de oraciones, es porque la idea aún no es lo suficientemente clara. Necesitamos delimitar la idea, enfocar nuestro tema, para no terminar escribiendo páginas y páginas que no van a servir de nada.

Una vez tenemos claro el tema de la novela, podemos seguir con el siguiente paso: definir los elementos de la estructura.

Los elementos de la estructura

Después del tema definimos los elementos que conforman el esqueleto de la historia. Aquí vamos a utilizar la estructura de los tres actos como punto de partida. En la estructura de los tres actos tenemos un principio, un medio y un fin. En el principio encontramos el incidente inicial que da origen a la historia. Este incidente es un suceso que de alguna forma altera la vida cotidiana del personaje principal. No tiene que ser un suceso fuera de lo común, pero tiene que ser un suceso que marca, de alguna forma, un periodo en la vida del personaje.

En el segundo acto,  el medio, encontramos el clímax. Este es el momento de mayor tensión en la novela. Aquí encontramos el conflicto que conduce al más alto grado de inestabilidad; el suceso que más desestabiliza la vida del personaje.

Finalmente, en el tercer acto, concluimos la historia. En este punto la historia que estamos contando llega a su fin y el personaje principal regresa a su vida cotidiana.

La estructura de los tres actos nos proporciona los tres elementos que aseguran la unidad de la acción. En otras palabras, esta estructura nos permite organizar todos los eventos que vamos a narrar en la historia como un suceso único. Por ello, para comenzar a estructurar la novela vamos a definir primero esos tres momentos esenciales:

  1. el incidente inicial,
  2. el clímax y
  3. el final

Con la definición de estos tres sucesos aseguramos que la trama de la novela se vea como una unidad, una historia en sí, y no una lista de acciones sin conexión.

Aristóteles

Aristóteles

Una vez tenemos estos tres elementos iniciales podemos dejar de lado la estructura de los tres actos y utilizar la estructura que Gustav Freytag propone en sus estudios de las tragedias griegas y los dramas de Shakespeare. La pirámide de Freytag muestra cinco componentes que conforman un drama: La exposición, las acciones ascendentes, el clímax, las acciones descendentes  y el desenlace. Como ya hemos definido la exposición –que llamamos acción inicial–, el clímax y el desenlace –o final–, nos vamos a concentrar en las acciones ascendentes y descendentes. Las acciones ascendentes son aquellas que nos conducen poco a poco al clímax; mientras que las acciones descendentes nos alejan de este dándonos las soluciones a los problemas que habían sido creados con las acciones ascendentes.

Para poner en práctica esta estrategia, vamos a definir las acciones ascendentes que parten del inicio y nos conducen al clímax. Asimismo, vamos a crear las acciones decentes que nos llevan del clímax al final de la historia. Al terminar esta tarea vamos a terminar con una lista de acciones o sucesos que marcan la trama principal de nuestra novela. Una lista como la siguiente:

  • Suceso inicial
    • Acción ascendente 1
    • Acción ascendente 2
  • Clímax
    • Acción descendente 1
    • Acción descendente 2
  • Final

Dos puntos a notar. Primero, el número de acciones ascendentes y descendentes marcan en cierto modo la duración que va a tener la novela. Vamos a construir las escenas a partir de estos sucesos y entre más acciones tengamos más escenas vamos a necesitar.

Segundo, las acciones descendentes alejan al lector del clímax. Así, si queremos un clímax cerca del final, necesitamos reducir el número de acciones descendentes. El manejo del número de acciones ascendentes o descendentes nos va a ayudar a dar más o menos dramatismo a la novela. Con las acciones ascendentes estamos incrementando la tensión hasta llegar al clímax; con las acciones descendentes estamos disminuyendo la tensión para finalmente llegar a la cadencia.

No es casual que se utilicen estos términos musicales. La narrativa, en cualquiera de sus formas, y la música son artes que se desarrollan en el tiempo e históricamente han desarrollado una estructura similar: la presentación de un tema, el desarrollo de la tensión para alcanzar un clímax y la relajación de la tensión para llegar a un final. Esto, por supuesto, no es una regla de oro. Pero es una estructura que funciona y, por ello, que puede ser usada para planear nuevas obras.

La trama (orden causal y temporal)

Después de tener los elementos principales que componen la estructura de la novela, vamos a escribir la trama principal de la novela. Este no es el argumento. Es la trama que, entendida como la entiendo, es la secuencia temporal de acciones enlazadas en una relación causa efecto.

La trama

Las novelas están compuestas de escenas que desarrollan acciones, estas acciones están unidas de un modo causal. En otras palabras, la conexión de las acciones de la novela sigue un principio de causa y efecto. La acción que toma un personaje desencadena otra acción que a su vez incrementa la tensión de los conflictos en la narración. Esta sucesión de acciones, esta sucesión de acontecimientos es lo que forma la trama. Ahora bien, en la trama seguimos estos acontecimientos de una forma cronológica. Nuestra mente ordena los acontecimientos de la trama en el orden en que pasan. Así que podemos definir la trama como el orden causal y temporal de los acontecimientos de la novela.

Estas acciones no necesariamente van a aparecer en la novela en el mismo orden dado en la trama. Muchas novelas no cuentan la historia siguiendo un orden cronológico. Los eventos son organizados de diferentes maneras y son contados sin necesariamente seguir el orden en que sucedieron. Esta organización de los eventos, esta composición de los acontecimientos en el orden en que van a ser narrados es lo que conocemos con el nombre de argumento. Definamos así argumento como la sucesión de eventos de la novela en el orden en que son contados.

Antes de seguir adelante y discutir cómo podemos usar esta distinción para planear una novela, quiero mencionar que las novelas no tienen necesariamente una solo trama. La mayoría de novelas desarrollan varias tramas. Ya sea para desarrollar la personalidad del personaje principal o para enriquecer la novela, los escritores utilizan más de una trama al contar la historia de la novela. Pero a pesar de que tengamos varias tramas, solo tenemos un argumento. No podemos decir que hay un argumento por cada trama, pero sí podemos decir que hay un argumento que cuenta los sucesos de varias tramas.

Esto nos da una buena idea de cómo vamos a usar estos dos conceptos en la creación de una novela:

  • primero vamos a planear la trama principal de la novela,
  • si necesitamos otras tramas vamos a planearlas como segundo paso,
  • una vez tenemos la lista de acontecimientos de cada trama, vamos a organizar los acontecimientos en el orden en que queremos contarlos.

Este orden de acontecimientos será el esqueleto para nuestro argumento.

Ahora bien, para organizar la trama principal de la novela vamos a usar los elementos que definimos en el paso anterior: el incidente inicial, los acontecimientos ascendentes y descendentes, el clímax y el final. Esta estructura tiene el esqueleto de la trama, así que vamos a escribir ahora toda la trama de la novela.

Por ahora no debemos preocuparnos por escribir escenas o diálogos, no necesitamos preocuparnos por la calidad de la escritura ni por el uso de recursos literarios, solo debemos preocuparnos por escribir el orden causal de eventos. Tampoco debemos preocuparnos por escribir demasiado. Una trama no toma más de un par de páginas y es posible escribirla en una o dos sesiones de trabajo.

Si se está escribiendo una primera novela, es aconsejable usar una sola trama. Es mejor aprender con proyectos que podemos manejar para evitar la frustración de obras inacabadas o que salen de nuestro control. La escritura debe ser un placer y no una obligación. Por eso debemos comenzar con proyectos que podamos terminar y en los cuales disfrutemos todo el proceso. Así, en vez de usar tramas secundarias, vamos a utilizar los perfiles de los personajes para crear otras tramas. Estas tramas van a estar directamente relacionadas con la historia principal y van a ayudarnos a crear personajes verosímiles e interesantes.

Perfiles de personajes

Una vez tenemos la trama principal de la historia, vamos a escribir los perfiles de los personajes. Los perfiles de los personajes nos van a dar las escenas retrospectivas al mismo tiempo que nos van a permitir darle vida a los personajes. Las historias son, casi en su totalidad, acerca de la vida de personas. Así, entre más sólido sea nuestro personaje, más sólida va a ser nuestra novela. Por eso es aconsejable invertir tiempo en la creación de nuestros personajes.

Perfil de los personajes

Perfil de los personajes

Para el perfil del personaje vamos a centrarnos en la biografía de este. Primero, vamos a mencionar brevemente sus características físicas y mentales, su edad y procedencia. Luego vamos a contar su vida, poniendo especial énfasis en los episodios que de una u otra forma transformaron al personaje. En esta biografía también vamos a escribir la trama de la novela desde el punto de vista del personaje. ¿Cómo el personaje vivió los sucesos que narramos en la novela? ¿Cuáles fueron sus pensamientos? ¿Cómo reaccionó ante las acciones de los otros personajes?

Con este ejercicio no solo vamos a conocer a fondo a nuestros personajes, sino también vamos a explorar la trama de la novela desde diferentes puntos de vista. Todas las etapas de la preparación están diseñadas para permitirnos conocer a fondo la historia que vamos a narrar. Entre más puntos de vista tengamos, más vamos a sentir que la historia realmente sucedió y vamos a poder simplemente contarla cuando nos sentemos a escribir el primer borrador.

Vamos a escribir un perfil para cada uno de los personajes principales. En estos perfiles vamos a desarrollar los mismos puntos discutidos anteriormente:

  • una breve descripción del personaje,
  • la biografía del personaje con los sucesos más relevantes y
  • la trama de nuestra historia narrada desde el punto de vista del personaje.

Para los personajes secundarios no hay necesidad de crear perfiles de personajes tan detallados. Un par de párrafos que describan la personalidad y el físico del personaje son suficientes.

Una vez terminemos de escribir los perfiles de los personajes, tendremos suficiente material para crear el argumento. Los perfiles nos van a dar las escenas retrospectivas y el conocimiento necesario para saber cómo deberíamos contar nuestra historia.

El narrador

Antes de escribir el argumento, necesitamos decidir quién va a narrar la historia. Esta es una decisión que muchas veces se toma poco después de tener la idea de la novela. Algunas veces la misma trama nos dice qué clase de narrador debemos usar. Muchas veces, sin embargo, tenemos que decidir una vez hemos comenzado a organizar la historia. Ya que es aconsejable escribir el argumento utilizando el narrador que vamos a usar, es necesario tomar la decisión en estos  momentos.

Los estudios en teoría literaria han descrito muchas clases de narradores: intradiegético, extradiegético, omnisciente, etc. Pero es quizá mejor pensar en tres tipos de narradores:

  • primera persona,
  • segunda persona,
  • tercera persona.
¿Quién cuenta la historia?

¿Quién cuenta la historia?

El narrador en primera persona narra los acontecimientos como un personaje de la historia. Este narrador participa, activa o pasivamente, en la historia en sí. El narrador en segunda persona cuenta la historia dirigiéndose directamente al lector. Por último, el narrador en tercera persona cuenta los acontecimientos desde un punto de vista externo a la historia.

Las otras diferencias que dieron origen a las diferentes categorías de narradores que la teoría literaria describe están relacionadas con el conocimiento que tiene el narrador de la historia. ¿Qué tanto sabe el narrador de la vida de los otros personajes? ¿Puede describir sus pensamientos, sentimientos y deseos? ¿Conoce lo que va a suceder con anterioridad? Es posible pensar que un narrador en primera persona no tiene el conocimiento profundo que tendría un narrador en tercera persona. Pero el jugar con estos elementos hace la narración más interesante.

Es una decisión de cada escritor qué clase de narrador usar para la historia y qué tanto conocimiento va a tener el narrador de la historia misma. Personalmente creo que durante la planeación de la novela es mejor limitarse a elegir uno de los tres tipos de narradores. La escritura del primer borrador dirá qué tanto conocimiento de la historia necesita el narrador. La edición del primer borrador nos ayudará a evitar contrastes en el uso del narrador. A la final, lo más importante es que el narrador ayude a contar la historia y que no sea un impedimento que nos detenga en la escritura del primer borrador.

Argumento (Organización narrativa)

En un paso anterior escribimos la trama. Como mencionamos, la trama es la sucesión de eventos organizados bajo una relación causa efecto. En este paso vamos a escribir el argumento, que es el orden como los eventos van a aparecer en la novela. Aquí no solo se incluyen los eventos de la trama principal, sino también el trasfondo de los personajes y las tramas paralelas, si hemos decidido añadir alguna.

El argumento

El argumento, en cierto sentido, es el primer borrador. Pero en este argumento no nos detenemos a escribir escenas. Como hasta ahora, aquí no nos preocupamos por la calidad de la escritura. Lo que queremos aquí es saber el orden de eventos organizados de la forma como van a quedar en la novela. No nos vamos a detener a pensar en el estilo ni en los diálogos ni en otros recursos narrativos. Vamos a concentrarnos solamente en tener la lista de sucesos organizados de la forma cómo los vamos a contar. Este orden, como lo mencionamos, no sigue necesariamente el orden cronológico en que sucedieron, ni la organización causa efecto.

Durante la escritura del argumento vamos a utilizar el narrador que definimos en el paso anterior. Esto nos va a ayudar a organizar la historia desde su punto de vista. A la final, va a ser el narrador el que cuente la historia y es mejor comenzar a utilizarlo de una vez.

El argumento contiene ya la historia en su totalidad, descrita como un resumen y no utilizando escenas. La escritura del primer borrador consiste así en crear las escenas que cuentan los sucesos que estamos estructurando al escribir el argumento. Como la escritura de escenas es la tarea de la segunda etapa en la escritura de una novela, necesitamos ahora construir la lista de escenas a partir del argumento que se escribe en este paso.

Lista de escenas

Crear la lista de escenas una vez tenemos el argumento escrito es fácil. Es simplemente separar las acciones que tenemos en el argumento y decidir si van a ser narradas como escenas o como resúmenes. Prácticamente estas son las dos posibilidades que tenemos para narrar los sucesos de una historia. Las escenas narran los sucesos que pasan en un lugar y en un tiempo determinado; los resúmenes narran lo que pasa a lo largo de un periodo prolongado. Para dar vitalidad a la novela, o a cualquier narración, es mejor tratar de reducir el uso de resúmenes.

Durante la escritura del borrador es probable que añadamos escenas a la lista. Es natural, entre más escribamos sobre la historia, más vamos a conocer la historia y, por ello, vamos a necesitar más detalles. El argumento también podría cambiar durante la escritura del borrador por este mismo motivo. Pero durante la escritura del borrador vamos a utilizar sobre todo la lista de escenas que creamos en este paso. La lista de escenas es nuestro plano, en ellas está la estructura de la novela, el argumento en sí. Por ello, vamos a necesitar modificar esta lista mientras escribimos el borrador. Pero el argumento y los otros escritos que han resultado de la planeación de la novela, no van a ser modificados durante la escritura del primer borrador. De pronto, sin embargo, tendremos que revisar los perfiles de los personajes antes de editar la novela.

Como vamos a utilizar la lista de escenas durante la escritura del borrador, es mejor tener esa lista en un documento aparte. Puede ser un documento de texto o una hoja de cálculo. No importa en qué medio se cree esta lista, lo importante es tenerla a mano mientras escribimos la novela.

Palabras finales

Con la lista de escenas termina la fase de preparación de la novela. La lista de escenas es el plano que nos va a permitir escribir el borrador de la novela. Gracias a la escritura de los perfiles y del argumento, ya conocemos la historia bastante bien y eso nos va a facilitar la escritura del borrador. Ahora, siguiendo la lista de escenas, vamos a continuar con la segundo etapa en la escritura de una novela: la escritura del borrador. Pero de esta etapa hablaremos en otro artículo.

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Ficción y realidad

Ficción y realidad: cómo se convierte la vida en ficción

Ficción y realidad

Ficción y realidad

Ella ya estaba sentada en la única mesa que tenía el café. Frente a ella un estante de libros. De aquel estante sacó el libro que leería mientras lo esperaba. Al regresar a la mesa donde el café ya estaba servido, se detuvo un segundo para ver la réplica del cuadro de Miró que estaba colgado en la pared opuesta. Ella tenía una réplica idéntica en su consultorio, pensó, pero no le sorprendió para nada: este café, al igual que el consultorio, no le pertenecían a ella.
Al escuchar la puerta, la doctora Rodríguez bajó el libro inmediatamente, pero no giró su rostro a la izquierda para verlo. Dejó su mirada en el estante de libros y espero que Edo se sentara frente a ella y le impidiera leer los títulos que aparecían: The Quiet American, Ham on Rye, Izu no odoriko y otra copia de la novela que leía Músico quise ser.
—Veo que leíste mi novela —saludó Edo mientras se sentaba y veía el libro que yacía cerrado sobre la mesa.
—Si, como lo querías —dijo un poco molesta: ni sus acciones le pertenecían.
—¿Qué te pareció?
—Interesante.
—¿Interesante?
—Interesante
Edo no intentó preguntar qué quería decir ella con esa palabra. No era exactamente lo que esperaba. La miró, sin embargo, para tratar de sacar de ella otro comentario sobre su novela. Pero tuvo que desviar su mirada porque la muchacha que atendía el café había aparecido al lado de la mesa y esperaba su orden. Pidió un café helado.
—¿Me hiciste venir a este café para hablar de tú novela? —llamó su atención la doctora Rodríguez—. Es un nombre interesante el de este café: “Palacio de Loci”. ¿Es tu palacio mental?
—No te hice venir.
—Hubiéramos podido vernos en el consultorio como la vez pasada.
¿Estaba de mal humor? Él no la había hecho venir hasta acá. Había sido una invitación y ella muy bien hubiera podido decir que no. Además no la había invitado para hablar sobre su novela, aunque la verdad había estado pensando en ella en los últimos días.

Memorias

—Es una novela autobiográfica —adivinó sus pensamientos la doctora Rodríguez—. ¿Cierto?
—De cierta forma todas las novelas son autobiográficas.
—En cierto modo.
Edo estiró la mano y tomó el libro que yacía cerrado sobre la mesa. Su primera y única novela. Sí, aquel libro era, definitivamente, una autobiografía. Quizá la palabra Memoria era más precisa, Edo no se había limitado a contar parte de su vida. No, había muchas escenas y personajes que él había creado.
—Sí, es mi historia —confesó Edo—. Utilicé mi historia como argumento. La mayoría de las escenas son recuerdos que me persiguen, la mayoría de los personajes son reales, la mayoría de los escenarios los pisé yo mismo —la melancolía lo hizo suspirar—. Sin embargo, las acciones específicas, los diálogos y la mayoría de detalles los cree para enriquecer la historia. Me imagino que es imposible, y limitante, ser fiel a la realidad.
—Verdad. Por el simple hecho de ser recuerdos, el pasado está lleno de ficción.
La mesera volvió a aparecer y mientras ella dejaba el café, el azúcar y la leche sobre la mesa, Edo y la doctora Rodríguez permanecieron en silencio, mirándose a los ojos, quizá a los labios también.
—Muchas de las novelas que leo ahora son memorias —continuó Edo cuando la mesera había desaparecido de nuevo—. He prácticamente devorado los libros de Henry James y estoy comenzando a hacer lo mismo con Bukowski.
—Traté de leerlo. Pero no me gustó
—¿Qué novela leíste? —preguntó Edo interesado.
Post Office
—Lee Ham on Rye. Es la mejor.
—Quizá lo haga —mintió la doctora Rodríguez—. Me gusta mucho Graham Greene.

Nuestras experiencias

Argumentos inventados en escenarios vividos

Edo levantó su mirada con alegría. Sonrió. La miró. ¡Edo conocía muy bien a Graham Greene! Había leído casi todas sus novelas y aún consideraba The Power and the Glory como una de sus novelas favoritas.
—Graham Greene usa la experiencia de una forma diferente —sentenció Edo, un poco petulante—. Graham Greene utiliza los escenarios donde vivió, los temas que lo atraían de esos escenarios y algunas vivencias que había tenido en ellos, pero el argumento de sus novela es ficticio: las escenas son construidas en su totalidad, así como los diálogos y los personajes.
—Sí —desechó su petulancia—. Leí una biografía de él. Su vida misma parece una novela.
—Es lo que quiero también de mi vida. Quiero que mi vida sea interesante de leer.
La mano de la doctora Rodríguez se acercó al pocillo de café que había sido milagrosamente lleno. Acercó a sus labios, pero antes de que estos tocaran el líquido, regresó el pocillo al plato. Le molestaba pensar que nada de lo que estaba pasando había sido decidido por ella. En vez del café tomó la pequeña galleta que estaba al lado del pocillo y se la llevó a la boca.
—¿No es más fácil usar esta estrategia para escribir?
—Para mi lo sería —confesó Edo—. Cuando estaba escribiendo Músico quise ser, tenía la tendencia de ser fiel a los hechos. Tenía que repetirme constantemente que mis experiencias eran tan solo un instrumento para crear la novela y que tratar de ser fiel a lo que había pasado era una barrera innecesaria que podía afectar la calidad de la novela.
Edo miró de nuevo la copia de su novela que aún yacía sobre su lado de la mesa. Como alejando el pasado, empujó el libro hasta que este quedó cerca del café que la doctora Rodríguez estaba ignorando. Ella recibió su pasado, lo abrió al azar y leyó en silencio el párrafo que apareció frente a ella.

Explorando realidades alternas

—Quizá deberías escribir este libro de nuevo bajo otra perspectiva —propuso la doctora Rodríguez mientras bajaba el libro.
—Lo he pensado. Utilizar tan solo los temas que quería explorar e inventar el resto.
—¿Qué temas querías explorar?
—El fracaso —tras una pausa—, y la amistad.
—Quizá podrías crear una realidad paralela, un mundo donde las cosas sucedieron de una forma diferente. Reinventar la realidad.
—Sería un buen experimento. Pero no creo que lo haga. Ya quiero dejar esa parte de mi vida atrás. Ahora esa etapa de mi vida es tan solo una novela.
La mesera apareció de nuevo y llenó el pocillo de café. Edo, a diferencia de la doctora, tomó el café sin pensar quién decidía llenar o no su taza. Tomó un sorbo largo que quemó su garganta. Sintió el calor bajar por su pecho y caer pesadamente en su estómago.
—¿Qué método vas a usar para tu próxima novela?
—No sé, pero quizá hable sobre nosotros.
—O sea —lo miró seriamente la doctora Rodríguez—. ¿Fantasía o esquizofrenia?
—¿Fantasía?
—Esquizofrenia.

La escuela de Atenas

La estructura de los tres actos: planeando una novela

La escuela de Atenas

La escuela de Atenas – Rafael

Aristóteles, en su poética, menciona seis principios que debe tener la tragedia. Uno de ellos es la unidad de la acción. Según este principio, una tragedia relata una historia que puede ser recordada como una unidad. Esto es, la historia debe tener un principio, un desarrollo y un final. La tragedia no busca contar todas las acciones de un personaje ni todas las acciones que suceden en un determinado tiempo, sino las acciones que conforman un acontecimiento específico.

Esta idea que Aristóteles vio en la tragedia, es aplicable en muchos géneros narrativos. La novela, el cuento y, posteriormente, el cine desarrollaron de un modo u otro este principio de unidad de la acción. Estos géneros desarrollaron la idea en lo que ahora conocemos como la estructura de los tres actos.

En la estructura de los tres actos organizamos la acción en tres diferentes partes: un principio, un medio y un fin. Consiguiendo así una unidad sólida que puede ser recordada como una historia única, individual.

El primer acto

El inicio es conocido como primer acto. En este sección se presentan los personajes y las relaciones entre estos. También se expone el ambiente general de la historia.

Además de exponer a los personajes y escenarios, el primer acto presenta la acción que da inicio a la historia. Tradicionalmente, las historias comienzan cuando algo inusual le sucede a un personaje. Un problema o situación que el personaje debe solucionar para establecer la normalidad de su vida. Este acto puede ser producido por el mismo personaje o por una fuerza exterior. Pero sin importar su origen, este acto debe ser inusual para el personaje y dar inicio a una reacción de eventos.

Diferentes autores organizan estos dos elementos del primer acto de diferente formas. Algunos escritores inician con el incidente antes de presentar a los personajes. Otros comienzan con la exposición y luego con la acción inicial. Hay bastantes formas de organizar estos dos elementos, pero antes de escribir la historia es mejor clarificar cuál va a ser el incidente y quiénes van a ser los personajes.

El segundo acto

El segundo acto es el desarrollo de la historia. Acá se presentan las acciones que el personaje toma para tratar de resolver el problema. Estas acciones iniciales del personaje conllevan a otros problemas mayores. Esto es debido a que el personaje aún no sabe cómo resolver el problema y sus acciones lo llevan a empeorar las cosas. Tradicionalmente, los problemas que el personaje debe enfrentar son cada vez mayores. Esto aumenta la tensión de la narración hasta que esta llega a su punto más elevado: el clímax. El clímax es así el punto de la historia con más tensión. Este punto va generalmente en el segundo acto.

Así, el segundo acto muestra:  1. las acciones del personaje para confrontar los problemas que afronta, 2. los nuevos problemas que el personaje causa o que caen sobre éste y 3. el clímax. En este acto también se incluyen las nuevas relaciones que el personaje desarrolla y que le sirven para aprender a afrontar los problemas. Como mencionamos, muchos de los intentos del personaje fallan por culpa de su inexperiencia en lidiar con la actual situación.

Para planear la historia, es importante saber cuál va a ser el clímax de la historia. Saber el clímax de la historia va a ayudar al escritor a determinar cuales son las acciones anteriores que conducen a ese clímax.

El tercer acto

El tercer acto es el final de la historia. Como final, los problemas que afronta el personaje son resueltos. Además, en este acto muchas veces se expone -como contrapartida a la exposición del primer acto- los cambios que el personaje ha experimentado. En otras palabras describe quienes son los personajes después de lo sucedido.

Preguntas a responder

Cómo usar la estructura de los tres actos

La estructura de los tres actos divide la historia en tres partes para asegurar la unidad de esta. Con esta estructura podemos planear la historia antes de sentarnos a escribir. Lo que necesitamos es definir los elementos que necesitamos para desarrollar cada acto. Así, para el primer acto necesitamos determinar cuál es la acción inicial que da inicio a la historia y quiénes son los personajes. Para el segundo acto necesitamos determinar cuál es el clímax. Una vez sabemos cuál es el clímax, podemos pensar en las acciones o problemas anteriores que conducen al clímax y quiénes son los personajes que ayudan o enseñan al protagonista a enfrentar esos problemas. Finalmente, debemos saber cuál es el final de la historia. Para recordar:

  1. ¿Cuál es la acción inicial que da inicio a la historia?
  2. ¿Quiénes son los personajes?
  3. ¿Cuál es el clímax?
  4. ¿Cuál es el final?

Una vez hemos respondido estas preguntas, podemos comenzar a desarrollar el primer borrador de la novela. Esto nos asegurará que la novela se lea como una historia individual, como un uno.

Poesía y novela

¿Qué se puede aprender de la poesía para escribir novelas?

Poesía y novela

poesía y novela

La poesía es el género literario que más elabora la palabra. No solamente como un ente con significado pero como un ente sonoro. Quizá por ello la poesía se acerca a la música. Y como la música, la poesía tiene ritmo y melodía.

Además, la poesía utiliza un sin número de herramientas para combinar las palabras y producir efectos sonoros y significativos de ellas. Estas herramientas son las que pueden aprender los novelistas para manipular la palabra y el lenguaje.

La línea

El tamaño de cada verso es una decisión importante que los poetas deben tener en cuenta al escribir un nuevo poema. El tamaño de la línea da musicalidad al poema cuando este es leído. Esa musicalidad también crea significado y expresividad.

En la novela no se utiliza un tamaño de línea continuo. Pero se pueden utilizar tamaños de oraciones diferentes para controlar la velocidad de la narración. Un párrafo con oraciones cortas produce un efecto de velocidad, suena más rápido. En contraste, un párrafo con oraciones largas suena más lento. Es un poco como el galope de un caballo: las oraciones cortas nos dan un galope; las oraciones largas un caminado. La combinación de oraciones largas y cortas nos permite así controlar la velocidad de la narración. Es más, si añadimos acciones a las oraciones cortas, la narración va a sonar más dinámica y veloz.

Objetos concretos y abstractos

Los poetas, más que los narradores, tiene un conocimiento más profundo de las palabras que representan objetos concretos o abstractos. Los poetas combinan estos dos conceptos para crear nuevos significados y sensaciones.

Es esta combinación de lenguaje concreto y abstracto lo que se conoce generalmente como lenguaje poético. No tanto el uso de metáforas, rimas y metros, como la combinación lúdica de ideas concretas y abstractas. Los novelistas pueden pensar en cómo utilizar esta herramienta para crear ambientes en la narración. Creo que el lenguaje poético es de gran ayuda para describir un escenario y para describir la psicología de un personaje en un momento dado. Emociones del instante, reacciones a eventos impresionantes, pueden ser descritos y enriquecidos con el lenguaje poético.

Metáforas

La metáfora es la comparación de dos objetos que a simple vista no parecen conectados. Esta comparación ayuda a dar al objeto una nueva perspectiva, una nueva personalidad.. Hay bastante tipos de metáforas: símil, metonimia, personificación, etc. pero todas ellas pueden pensarse como comparaciones.

El uso de metáforas es ya practicado en la novela, sobre todo en las descripciones donde se usa para facilitar la visualización de un escenario con objetos que son más cercanos al lector. En narraciones más contemporáneas, el uso de las metáforas es una de las herramientas de experimentación más usadas.

Poesía y palabra

La rima

La rima no es solamente el uso de sílabas similares al final de la palabra, pero es el uso cuidadoso de las palabras como sonidos. Creo que la rima, el ritmo y el tamaño de la línea son las herramientas musicales de la poesía. Ellas ayudan a acentuar la sonoridad de las palabras. La rima, especialmente, se enfoca en el sonido mismo de las palabras y la combinación de estas. Entre las herramientas de la rima encontramos el uso de palabras con sonidos similares y repeticiones de sonidos en las palabras adjuntas. Estas herramientas combinadas con el tamaño de la línea ofrecen la posibilidad de controlar la velocidad y sonoridad de un pasaje narrativo.

El ritmo

Por último, el ritmo se refiere a la acentuación de sílabas. Como mencioné en el párrafo anterior, el ritmo, junto con la rima y el tamaño de la línea, incrementan la musicalidad  de un poema o de un pasaje narrativo. Para los narradores es importante aprender a escuchar el ritmo de las oraciones.

La novela no es solo la historia, pero la forma como se cuenta la historia. Dentro de la forma como se cuenta una historia está el control de los sonidos que las palabras y sus combinaciones crean. Esta es la idea principal que la poesía puede enseñar a la narrativa. Las herramientas de la poesía pueden ayudar a los narradores a controlar las palabras.

Del cine a la novela

Del cine a la novela: aprendiendo de los guionistas

Del cine a la novela

Del cine a la novela

Aunque la novelística es un género en sí, la extensión y carácter de la novela permite incluir muchos elementos estilísticos y estructurales. En la novela podemos incluir poemas, cartas, cuentos, documentos y cualquier recurso que ayude a contar la historia. Pero no solo porque podemos introducir estos elementos en la novela, pienso que los escritores deberían explorar otros géneros. Creo que las herramientas utilizadas en otros géneros de escritura pueden ser utilizadas en la novelística. En este y otros artículos quiero explorar y exponer algunos de los elementos provenientes de otros géneros que podrían sumarse al repertorio de recursos de los novelistas.

Los guiones cinematográficos

En este artículo quiero hablar de la escritura de guiones cinematográficos. Es indudable que el cine ha tenido una gran influencia sobre la literatura desde su aparición. La forma como se cuentan las historias en el cine se derivó de la narrativa literaria, pero debido a los límites del cine, éste ha evolucionado y creado su propio lenguaje. Con la popularización del cine, este lenguaje se convirtió en el idioma más común para contar historias. Por este motivo, la novela, el cuento y otro tipo de narraciones se volvieron más cinematográficas desde el siglo XX.

El uso de escenas

Quizá la mayor aportación del cine a la narrativa es el uso de escenas y la reducción en el uso de resúmenes. Es claro de entender el porqué. En un medio visual como el cine es más fácil mostrar sucesos que ocurren en un lugar determinado y en un tiempo determinado, que mostrar sucesos que ocurren a lo largo de un periodo de tiempo. La novela, en cambio, no presenta esta restricción y puede describir lo que pasa en un periodo prolongado de tiempo. Sin embargo, este uso de escenas en vez de la utilización de resúmenes le dio al cine vitalidad y velocidad. Una historia se siente más dinámica cuando vemos (o leemos) a los personajes participar en acciones continuas. La organización en escenas muestra acción tras acción tras acción, y esta secuencia de acciones da vitalidad a la historia.

Más escenas menos resúmenes

La estructura de los tres actos

Por otro lado, los guionistas son quizá los que más han desarrollado la estructura de los tres actos. Esta estructura se originó en los estudios de Aristóteles sobre la tragedia Griega y fue posteriormente vista como un tratado para hacer teatro y, más tarde, cine. Esta es quizá una buena prueba de cómo se retro-alimentan la teoría y la práctica. La teoría muestra modelos que se observan dentro de las obras y estos modelos luego son usados en la práctica. Pero lo importante es que esas observaciones de Aristóteles siguen siendo utilizadas en la construcción de historias para cine y televisión.

Creo que es importante para los novelistas también familiarizarse con esta estructura, ya que es la estructura más básica con la que se puede organizar una novela. En esta estructura, la historia se divide en tres partes. La primera parte presenta un suceso inicial que da inicio a la historia. Este suceso es un acontecimiento que transforma la vida del protagonista. En la segunda parte, el protagonista lucha por resolver los problemas que ese suceso inicial causó, pero en vez de resolver el problema, crea problemas adicionales. En este segundo actos los problemas llegan a su más alto grado de tensión. Es esto lo que conocemos como clímax. Finalmente, estos problemas son resueltos en la tercera parte donde tenemos nuestro final.

El uso de diálogos

El último elemento que podemos aprender de los guionistas es el uso de diálogos. También por el carácter sonoro y los límites temporales del cine y la televisión, los guionistas se ven en la necesidad de desarrollar cuidadosamente los diálogos. Los diálogos tienen funciones específicas en el cine. Los diálogos buscan avanzar la historia o profundizar el conocimiento que el espectador tiene de los protagonistas. Los novelistas deberían también aprender a utilizar los diálogos con cuidado. Preguntarse por qué se utiliza un diálogo y cuál es la función de un diálogo. Este uso cuidadoso de los diálogos va a ayudar a contar la historia de una forma más dinámica.

Como vemos, la escritura de guiones puede ofrecer a los novelistas al menos tres elementos: el uso de escenas, la estructura de los tres actos y el uso cuidadoso de los diálogos. No es de extrañar así que muchos novelistas del último siglo hayan explorado la escritura de guiones. El cine se ha convertido en el medio más popular de contar historias y las herramientas que ha desarrollado pueden ser usadas también en la planeación de la novela.

El método snowflake para escribir novelas

El método Snowflake para diseñar una novela

El método snowflake para escribir novelas

El método snowflake para escribir novelas

Nota del traductor

Esta es una traducción del artículo de Randy Ingermanson sobre el método snowflake publicado en su sitio web. No puedo decir que es una traducción total porque quité la propaganda sobre el libro de Ingermanson. Me pareció que no era necesaria ya que este libro no está disponible en español. La traducción del método en si, sin embargo, es tan fiel al original como pude.

El método snowflake

Escribir una novela es fácil. Escribir una buena novela es difícil. Así es la vida. Si fuera fácil, todos estaríamos escribiendo novelas populares y ganadoras de premios.
A decir verdad, hay miles de personas allá afuera que pueden decir cómo se escribe una novela. Hay miles de métodos diferentes. El mejor para cada persona es el que mejor funcione para cada uno.
En este artículo me gustaría compartir lo que funciona para mí. He publicado seis novelas y he ganado docenas de premios por mi escritura. Además enseño cómo escribir ficción en conferencias de escritores todo el tiempo. Una de mis exposiciones más populares es esta: Cómo escribir una novela usando lo que yo llamo el método «Snowflake».
Esta página es la más popular de mi sitio web y obtiene miles de visitas por día. Así que pueden adivinar que hay mucha gente que la encuentra útil. Pero puede ser que usted no la encuentre útil, y eso esta bien por mí. Revísela, decida que funciona para usted e ignore el resto. Si este método lo hace vomitar no me voy a sentir ofendido. Diferentes escritores son distintos. Si mi método funciona para usted, me alegra. Voy a hacer mi mejor esfuerzo para organizar las cosas, pero usted decidirá finalmente qué funciona para su caso particular. Disfrute y escriba su novela.

La importancia del diseño

La buena ficción no sucede simplemente, está diseñada. Se puede realizar el diseño antes o después de escribir la novela. Yo lo he hecho de las dos formas y creo fuertemente que hacerlo antes ofrece mejores resultados. El diseño es difícil, por eso es importante encontrar principios de diseño en una etapa inicial. Este artículo ofrece una metáfora poderosa para guiar su diseño.
Nuestra pregunta fundamental es: ¿Como se diseña una novela?
Por muchos años trabajé como arquitecto de diseño de proyectos de software. Yo escribo novelas de la misma forma que escribo software: usando «la metáfora del copo de nieve». Bueno, ¿cuál es la metáfora del copo de nieve? Antes de seguir adelante, visite este sitio web.
imagen de un copo de nieveEn la parte superior, puede apreciar un patrón conocido como un fractal de un copo de nieve. Este es un objeto matemático importante que ha sido estudiado ampliamente. Para nuestro propósito, es solo un boceto de un copo de nieve. Si baja un poco en la página verá un cuadro con un gran triángulo en él y flechas en la parte inferior. Si presiona el botón de la derecha repetidamente, podrá ver los pasos usados para crear el copo de nieve. No parece un copo de nieve al principio, pero después de unos pasos, se verá más y más como un copo de nieve hasta que se completa.
Los primeros pasos se verán así:

snowflake interacción 1snowflake interacción
snowflake interacción 3snowflake interacción 4

Yo digo que es así como se diseña una novela — se comienza con algo pequeño, luego se construyen capas encima hasta que parezca una historia. Parte de este proceso es trabajo creativo y yo no puedo enseñar eso. No aquí de todas formas. Pero parte del trabajo es manejar su creatividad — organizarla en una novela bien estructurada. Esto es lo que quiero enseñar acá.

Si usted es como la mayoría de la gente, pasará mucho tiempo pensando en la novela antes de empezar a escribirla. De pronto hará algo de investigación. Soñará sobre cómo la historia va a funcionar. Hará una lluvia de ideas. Empezará a escuchar las voces de los diferentes personajes. Pensará sobre lo que va a tratar el libro — el tema profundo. Esta es una parte esencial de cada libro que se llama “abonar”. Es un proceso informal que cada escritor hace de una forma diferente. Voy a asumir que usted sabe cómo abonar las ideas de su historia y que ya tiene una novela bien abonada en su mente y está listo para sentarse y escribir esa novela.

Los diez pasos del diseño

Pero antes de comenzar a escribir, debe organizarse. Necesita poner todas esas maravillosas ideas en el papel de un modo que pueda utilizar. ¿Por qué? Porque la memoria falla y la creatividad probablemente ha dejado muchas lagunas en su historia — lagunas que tiene que rellenar antes de comenzar a escribir la novela. Usted necesita un documento de diseño. Y necesita producirlo en un proceso que no elimine su deseo de escribir la novela en sí. Aquí está mi proceso de diez pasos para escribir el documento de diseño. Yo utilizo este proceso para escribir mis novelas y espero que lo ayude a usted también.

Paso 1) En una hora escriba una oración que contenga el resumen (tema) de su novela. Algo como: “Un físico loco viaja en el tiempo para matar al apóstol Pablo.” (Este es el tema de mi primera novela, Transgression.) Esta oración servirá eternamente como una herramienta de mercadeo de 10 segundos. Esta es una visión amplia de la historia, análogo al primer gran triángulo en el dibujo del copo de nieve.

Más tarde cuando tengan que escribir una propuesta para publicación, esta oración debe aparecer en las partes iniciales de la propuesta. Es el anzuelo que venderá su novela al editor, a los vendedores, a los dueños de librerías y finalmente a los lectores. ¡Así que escríbala lo mejor que pueda!

Algunos consejos para crear una buena oración:

  • Entre más corta, mejor. Trate de que tenga menos de 15 palabras.
  • ¡No introduzca los nombres de los personajes! Es mejor decir «un trapecista minusválido» que «Jane Doe».
  • Una la visión amplia con la visión del personaje. ¿Qué personaje tiene más en juego en la historia? Ahora cuénteme qué es lo que quiere el personaje.
  • Lea las propagandas de los libros más vendidos en el New York Times para aprender cómo se hace. Escribir un tema en una oración es un arte.

Paso 2) Utilice una hora para expandir esa oración y escriba un párrafo completo que describa el inicio de la historia, los mayores conflictos y el final de la novela. Este paso es análogo al segundo paso en la formación del copo de nieve. Me gusta estructurar una historia como “tres conflictos más un final”. Cada conflicto toma un cuarto del libro para desarrollar y el final utiliza el último cuarto. No sé si esta estructura es la ideal, pero es la que me gusta.

Si cree en la estructura de los tres actos, entonces el primer conflicto corresponde al final del primer acto. El segundo conflicto es en la mitad del segundo acto. El tercer conflicto es al final del segundo acto, y conlleva al tercer acto donde se desenvuelve todo. Está bien que el primer conflicto sea causado por circunstancias externas, pero creo que el segundo y el tercer conflicto deben ser causados por los intentos que hace el protagonista para «resolver las cosas». Todo empeora cada vez más.

También puede usar este párrafo en su propuesta. Idealmente, el párrafo debe tener cinco oraciones. Una oración que muestre el fondo y la preparación de la historia. Una oración para cada uno de los conflictos. Una oración más para el final. No confunda este párrafo con el texto que aparece en la contraportada del libro. Este párrafo resume toda la historia. El texto en la contraportada debe resumir solamente el primer cuarto de la historia.

Paso 3) El paso anterior nos da un resumen global de la novela. Ahora necesita algo similar para las líneas de cada uno de sus personajes. Los personajes son la parte mas importante de cualquier novela, y el tiempo que invierta en diseñarlos ahora va a ser muy valioso cuando comience a escribir. Para cada uno de los personajes principales, utilice una hora para escribir un resumen de una página que nos diga:

  • El nombre del personaje
  • Una oración que resuma la historia del personaje
  • La motivación del personaje (¿Qué es lo que quiere el personaje de una forma abstracta?)
  • El objetivo del personaje (¿Qué quiere concretamente?)
  • El conflicto del personaje (¿Qué lo previene para alcanzar su objetivo?)
  • La epifanía del personaje (¿Qué aprende, cómo cambia?)
  • Un párrafo con el resumen de la historia del personaje.

Un punto importante: va a sentir que necesita regresar a revisar la oración o el párrafo que resume la historia. ¡Adelante! Esto es bueno. Quiere decir que los personajes le están enseñando algo sobre la historia. Está bien en cualquier parte del proceso de diseño regresar y revisar etapas anteriores. La verdad no es solamente aceptable, es inevitable. Y esto es bueno. Cualquier revisión que haga en estos momentos es una revisión menos que va a tener que hacer en un manuscrito inicial de 400 páginas.

Otro punto importante: no necesita ser perfecto. El propósito de cada paso es ayudarlo a avanzar al paso siguiente. ¡Mantener el progreso! Más tarde, cuando entienda mejor la historia, puede regresar a corregir los errores. Esto va a pasar de todas maneras, a no ser de que usted sea mucho más inteligente que yo.

Paso 4) Ahora debería tener una buena idea de la estructura de la novela, y solo ha gastado un par de días en ello. Bueno, la verdad, quizá haya gastado una semana en ello, pero no importa. Si la historia no funciona lo sabremos en estos momentos, y no después de invertir 500 horas escribiendo el primer borrador. Así que ahora vamos a seguir haciendo que la historia crezca. Utilice unas cuantas horas y expanda cada oración del párrafo del resumen en un párrafo completo. Todos los párrafos a excepción del último deben terminar en un conflicto. El párrafo final debe contar cómo termina el libro.

Esta parte es divertida y, al final de este ejercicio, ya tendremos, en una página, un buen esqueleto de la novela. Está bien si no se puede poner todo en una sola página con interlineado sencillo. Lo que importa es que está creciendo las ideas que estarán en la historia. Está expandiendo el conflicto. Ahora debería tener listo un resumen que puede ser usado como una propuesta, sin embargo, hay otras mejores alternativas para las propuestas…

Paso 5) Utilice uno o dos días para escribir una página que describa cada uno de los personajes principales y media página para describir otros personajes importantes. Estos «resúmenes de los personajes» deben contar la historia desde el punto de vista de cada personaje. Como siempre, siéntase libre de regresar a cualquiera de los pasos anteriores para hacer revisiones una vez aprenda cosas importantes de los personajes. Generalmente este es el paso que más disfruto y últimamente he estado enviando estos «resúmenes de los personajes» en la propuesta editorial en vez de un resumen del argumento. A los editores les fascinan los resúmenes de los personajes porque a ellos les gusta la ficción basada en personajes.

Paso 6) En estos momentos, ya debe tener un argumento sólido de la historia y varios hilos narrativos, uno por cada personaje. Ahora, utilice una semana para expandir el resumen de la novela de una página a cuatro páginas. Básicamente, estará expandiendo cada párrafo del paso cuatro (4) a una página completa. Esto es bastante divertido porque en estos momentos está entendiendo la lógica de la historia y está tomando decisiones estratégicas. Aquí, definitivamente, va a querer regresar a arreglar cosas en los pasos anteriores al tener una perspectiva más profunda de la historia y al tener nuevas ideas que saltarán a su cara.

Paso 7) Utilice otra semana y expanda la descripción del personaje a un perfil completo del personaje que contenga todo lo que se debe saber acerca del personaje. Las cosas típicas como la fecha de nacimiento, la descripción, la historia, la motivación, los objetivos, etc. Lo más importante es: ¿cómo va a cambiar el personaje al final de la novela? Este es una ampliación del trabajo hecho en el paso tres (3), y va a enseñarnos bastante acerca de los personajes. Probablemente regresará para revisar los pasos anteriores (1-6) porque los personajes comenzarán a volverse «reales» y comenzarán a hacer exigencias petulantes sobre la historia. Esto es bueno — la buena ficción es dirigida por los personajes. Utilice tanto tiempo como sea necesario porque aquí está ahorrando tiempo que gastaría más adelante. Cuando haya terminado este proceso, (y quizá tome un mes de continuo trabajo), tendrá lo que necesita para escribir la propuesta. Si usted es un novelista que ya ha publicado, puede escribir la propuesta editorial y vender la novela antes de escribirla. Si no ha publicado antes, tendrá que escribir la novela en su totalidad antes de poder venderla. No, no es justo, pero la vida no es justa y el mundo de la ficción es especialmente injusto.

Paso 8) Acá podrá esperar o no a que su libro sea vendido. En algún momento, tendrá que escribir la novela en sí. Antes de hacerlo, hay un par de cosas que puede hacer para que la tarea traumática de escribir el primer borrador sea más fácil. Lo primero es coger el resumen de la historia de cuatro páginas y hacer una lista de todas las escenas que va a tener que escribir para convertir la historia en una novela. La forma más fácil de hacer esta lista es… en una hoja de cálculo.

Por alguna razón, esta tarea asusta a muchos escritores. ¡Oh, qué horror! Supérelo. Si aprendió a usar un procesador de palabras, las hojas de cálculo son más fáciles de usar. Va a tener que hacer una lista de escenas y las hojas de cálculos fueron inventadas para hacer listas. Si necesita un tutorial, compre un libro. Hay miles de libros y alguno de ellos funcionará para usted. Le tomará menos de un día aprender lo que necesita. Será uno de los días más valiosos que tenga. Hágalo.

Cree una hoja de cálculo que describa las escenas que salen del resumen del argumento de cuatro páginas. Cree una línea por cada escena. En una columna escriba el punto de vista del personaje. En otra columna cuente qué pasa. Si quiere más detalles, añada otra columna que diga cuantas páginas espera escribir para cada escena. Una hoja de cálculo es ideal porque deja ver toda la historia de una forma fácil y es fácil mover las escenas para reordenarlas.

Mis hojas de cálculo generalmente terminan con más de 100 líneas, una para cada escena de la novela. Mientras desarrollo la historia, creo nuevas versiones de la hoja de cálculo de la historia. Esto es muy valioso para analizar la historia. Puede tomar una semana para crear una buena hoja de cálculo. Cuando termine, puede añadir una columna para los capítulos y asignar un capítulo a cada escena.

Paso 9) (Opcional. Yo ya no hago este paso). Regrese al procesador de palabras y comience a escribir una descripción narrativa de la historia. Tome cada línea de la hoja de cálculo y expándala a una descripción de varios párrafos de la escena. Añada cualquier línea de diálogo que piense y esboce el conflicto esencial de la escena. Si no hay ningún conflicto, usted se dará cuenta en ese instante y podrá añadir un conflicto o borrar la escena.

Antes escribía una o dos páginas por capítulo y comenzaba un nuevo capítulo en una página aparte. Luego imprimía todo y los ponía en un cuaderno con hojas sueltas, así podía intercambiar los capítulos de lugar sin desordenar los otros. Este proceso me tomaba más o menos una semana y resultaba en un documento de 50 páginas que revisaba con tinta roja mientras escribía el primer borrador. Todas las buenas ideas que se me ocurrían al despertar las escribía a mano en las márgenes de este documento. Esta es una forma fácil de crear el resumen detallado que muchos escritores parecen odiar. Pero es divertido hacerlo si se han desarrollado los pasos anteriores primero, del (1) hasta el (8). Cuando yo hacía estos resúmenes no se los mostraba a nadie, mucho menos al editor — era solo para mi. Me gusta pensar que este era un prototipo, el primer borrador. ¡Imagínense crear un borrador en una semana! Si, usted puede hacerlo y es un tiempo bien gastado. Pero para ser honestos, yo siento que ya no necesito este paso así que ya no lo hago.

Paso 10) En este momento, solo siéntese y comience a escribir el primer borrador real de la novela. Va a sorprenderse de lo rápido que la historia vuela de sus dedos. He visto escritores de ficción que aumentan la velocidad de escritura en un abrir y cerrar de ojos al mismo tiempo que producen un mejor borrador.

Podría pensar que toda la creatividad de la historia se ha extinguido en estos momentos. Pues no, no a no ser que exageró los pasos anteriores mientras desarrollaba el método Snowflake. Esta es la parte más divertida porque hay muchos pequeños problemas lógicos que va a resolver en esta etapa. ¿Cómo el héroe se bajó del árbol rodeado por cocodrilos y rescató a la heroína que estaba en un bote en llamas? ¡Este es el momento de resolverlo! Pero es divertido porque ya sabe que la estructura general de la novela funciona. Ahora tiene que resolver un grupo de problemas limitado y por ello puede escribir más rápidamente.

Esta etapa es increíblemente divertida y emocionante. He escuchado muchos escritores quejarse de lo difícil que es escribir el primer borrador. Invariablemente, es porque ellos no saben que es lo que va a pasar después ¡Qué pena! ¡La vida es muy corta para escribir así! No hay ninguna razón para gastar 500 horas escribiendo un primer borrador mediocre cuando se puede escribir uno sólido en 150 horas. Contando las 100 horas que toma la creación del documento de diseño, aun es un tiempo más corto.

En la mitad del primer borrador me tomo un respiro y arreglo las partes que no funcionan de mi documento de diseño. Sí, el documento de diseño no es perfecto. Y eso está bien. El documento de diseño no está hecho de cemento, son una serie de documentos que crecen mientras se desarrolla la novela. Si está haciendo el trabajo bien, al final del primer borrador se reirá de que tan malo fue el documento de diseño original. Y estará sorprendido de la profundidad de la historia que ahora tiene.

Por muchos años he enseñado el método Snowflake a cientos de escritores en conferencias. También he tenido este artículo publicado en este sitio web por mucho tiempo y este ha recibido más de 2’400.000 visitas. Lo he escuchado de muchos, muchos escritores. Algunos aman el método Snowflake; otros no. Mi actitud es que si funciona para usted úselo. Si solo parte del método funciona para usted, use solo esas partes. Yo escribo mis propias novelas usando el método Snowflake. No es fácil — necesita bastante trabajo. Por mucho tiempo lo hice de la forma difícil, utilizando Microsoft Word para escribir el texto y Microsoft Excel para manejar la lista de escenas. Desafortunadamente, ninguna de estas herramientas maneja bien la estructura de la ficción. Finalmente me di cuenta que sería mucho más fácil desarrollar el método si tuviera las herramientas diseñadas para escribir ficción.

Así que un día decidí crear esa aplicación. Quería algo que automatizara cada paso que podía ser automatizado. El resultado fue un paquete de software comercial que llamo Snowflake Pro. Hace el desarrollo del método mucho más fácil y está haciendo lo mismo para muchos escritores.

Snowflake Pro SoftwareSnowflake Pro hace el desarrollo del método rápido, fácil y divertido. Funciona en Macs, Windows y Linux. En estos momentos estoy dando una promoción especial que ofrece un 50% de descuento de esta herramienta para cualquiera que tenga una copia de mi libro Writing Fiction for Dummies.

Conozca más sobre Snowflake Pro

 

Firma de Randy Ingermanson

Randy Ingermanson, Ph.D.

Sobre el autor

Randy IngermansonRandy Ingermanson es un físico teórico y es el autor de seis novelas que han ganado varios premios. Él ha enseñado en varias conferencias de escritores y ha publicado la revista virtual gratis Advanced Fiction Writing E-zine, la más grande del mundo sobre la escritura de ficción con más de 13,000 lectores.

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